Muchas veces cuando hemos emprendido algún tipo de negocio hemos soñado en algo más, en hacerlo grande y hacernos ricos. Por supuesto se trata de sueños, pero también existe la posibilidad de que además se hagan realidad.
Muchas veces cuando hemos emprendido algún tipo de negocio hemos soñado en algo más, en hacerlo grande y hacernos ricos. Por supuesto se trata de sueños, pero también existe la posibilidad de que además se hagan realidad.
Si queremos convertir nuestro e-commerce en un gran negocio en Internet —o sea, una killer— simplemente debemos tener claras una pocas normas que ahora os contaré y esperar a tener esa suerte necesaria para conseguir lo que nos proponíamos de inicio. En primer lugar, es muy importante vender y cuanto más vendamos mucho mejor, pero no seremos ningún gigante con hacer lo que ya se nos supone, nos hace falta desarrollar grandes estrategias de márketing y conseguir por parte de nuestros clientes una gran fidelidad a la marca. Eso es. Nuestro e-commerce debe ser único, no simplemente por los productos que venda, sino también por el mensaje y la filosofía que incorpore cómo marca. Fijémonos en las grandes marcas triunfadoras de nuestro tiempo: Apple, Dolce & Gabbana o Amazon, para poner algunos ejemplos, no se limitan a vender ordenadores, ropa o libros, venden también estados de ánimo, clase, modernidad…
Para ponernos manos a la obra debemos seleccionar un nicho en el mercado donde la relación entre competencia y clientes potenciales sea óptima para empezar un negocio nuevo. En segundo lugar, trabajar desde el punto de vista técnico y contable como cualquier otra empresa, primando beneficios, y, finalmente, dotarla de ese contenido simbólico que la haga única con las estrategias necesarias para que el gran público la conozca y sienta esas emociones con tan sólo mirar su logotipo. Lo verdaderamente importante es que con nuestra marca los clientes sientan sensaciones que la competencia no pueda alcanzar. Ahí está la clave!
Y si el negocio funciona y el contenido es potente, simplemente dótala de una estructura de comunidad entre los productos y los clientes y personalízala al máximo a las características y necesidades de cada cliente en particular. Todo esto no es nada fácil, pero si lo consigues con un poco de suerte habrás triunfado. Yo de tú lo intentaría!